DIECISIETE GRADOS, la exquisitez en pleno “epicentro gastronómico” de Santa Catalina
- Ángel Galeote

- 26 nov
- 2 Min. de lectura
Un rincón donde la mesa se viste de color, la luz natural acaricia cada copa y, al sentarte, la ciudad parece girar a tu alrededor.

Así se vive Diecisiete Grados: con platos vibrantes y el ambiente que marca tendencia desde el primer sorbo.

Una visita digna de mención:
En Diecisiete Grados nos ofrecieron un Entrecot de lomo bajo gallego, y fue una verdadera delicia.
Pero aquí no solo se trata de carne excelente ni de puntos de cocción elegidos al detalle; se trata del arte de cocinarlo y del respeto por el ritual.
Cada corte recibe su sal justa y las patatas llegan siguiendo ese legado que honraban nuestros abuelos, cuando el tiempo y la cocina eran elementos sagrados.

Cada bocado es un viaje al sabor extraordinario, con el cuidado, la paciencia y la dedicación que elevan la cocina al nivel máximo: a la celebración de la tradición y el sabor auténtico.

El escabeche de atún, memorable. No puedes pasar de largo el escabeche de atún casero: pescado de temporada, cocinado con zanahoria, cebolla y ese toque secreto de autor.
La perfección aquí es el equilibrio entre vinagre, aceite y reposo: sabor que se transforma en memoria y tradición renovada.

Acompañado de Viña Pomal Rosado, la armonía es total. Es un plato que no solo se come… se recuerda.

Un gran agradecimiento a Pau Bestard, el artífice detrás de la magia: gracias a él, la gastronomía de Santa Catalina está siempre a los grados perfectos, donde cada plato vibra con pasión y excelencia.
Restaurante Diecisiete Grados se ha Ganado un lugar predilecto en el corazón de Saboreando Mallorca.
Querido Pau, de tu restaurante al cielo amigo mío...
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